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lunes, 18 de enero de 2010

¡QUE ALGUIEN PIENSE EN LOS NIÑOS!



Con frecuencia hemos venido escuchando que el principal argumento en contra de las manifestaciones entre parejas del mismo sexo, es que estas se realicen delante de los pequeños infantes (niños)… tras el velo de la supuesta corrupción o del mal ejemplo, la sociedad transfigura y esconde su odio por las relaciones entre personas del mismo sexo:
“Y es que este tipo de relaciones amenazan con acabar el papel fundamental del ser humano: la reproducción. Por ende, si la reproducción desaparece, la familia (base principal de la sociedad), desaparece con ella; y sin irnos demasiado lejos, la sociedad también desaparecería”.
Cuando se piensa de esta forma, cualquier tipo de práctica sexual que no tenga fines reproductivos se convierte automáticamente en una aberración que debe ser exterminada del mundo. Bueno… la cosa no es tan fea en estos momentos y debemos hacerle honor a la verdad; sin embargo, aun cuando se han ganado algunas luchas en nombre de los derechos humanos, se nos sigue discriminando y asesinando, no en las mismas dimensiones que hace 20 años atrás, pero se nos sigue asesinando.

La sociedad, en particular la sociedad cartagenera, amenaza con asesinar socialmente a aquellos que disiden de las prácticas sexuales comunes. El modus operandi va desde la invisibilización de este tipo de prácticas, como es el caso de la personera de la ciudad que desconoce que en la ciudad existan homosexuales, hasta marginarnos a ciertos, pocos, pequeños, nocturnos… espacios. Sin darnos cuenta, hemos pasado de ser personas comunes y corrientes a parias en una ciudad que no admite que los hombres se besen con otros hombres en público (el caso de la mujer es muy precario, como lo mencionamos en otro texto, su sexualidad es cosa de experimentación).

Respecto a los niños, la sociedad responde decididamente y siempre, los argumentos son los mismos: se pueden traumatizar, confundir, desviar, corromper, pervertir, depravar… palabras más, palabras menos, la sociedad cree, que como los loros, los niños pueden reproducir este tipo de prácticas aberrantes. De acuerdo con lo anterior, si un niño ve a dos hombres besándose, corre el riesgo de procesar ese acto en su memoria, reproducirlo y puede llegar a volverse homosexual… lo paradójico de este asunto es que los niños ven a diario a hombres con mujeres besándose y muchos de ellos no terminan siendo exclusivamente heterosexuales.

Lamentablemente, cuando sucede que el niño no emula lo que sus padres quieren que repita, deja de ser un sujeto normal y se transforma en un enfermo (y no es gripa papito); pero en particular esta enfermedad, ya no depende de cuestiones médicas o sicológicas, los nuevos enfermos, somos enfermos sociales. Y en vista de que no existe ni tratamiento médico ni sicológico, la sociedad nos aísla hasta encontrar un método social más efectivo y distinto al asesinato, para desaparecernos.

Ahora bien, existen muchas formas en las que lentamente se nos ha ido visibilizando en las esferas públicas, esto a través de los medios masivos de comunicación. Con sus novelas, sus programas de humor, sus productos y los grandes show, los medios de comunicación colocan en pugna las realidades que nos circundan. Y es que el papel desempeñado por ellos no se ha limitado al mero ejercicio de una labor de divulgación, sino a la ejecución de una multiplicidad de roles sociales que, en el ámbito de la sociedad civil, convierte a los medios de comunicación en influyentes actores políticos, económicos, sociales y culturales, relacionados con la construcción de la identidad de las sociedades contemporáneas. Ellos intervienen en la percepción que nos hacemos del mundo, y muchas veces lo que dicen, regula el modus vivendi de los habitantes de este huevo chato. Un ejemplo particular, me sucedió hace días, cuando por curiosidad coloque un programa (¿Quién tiene la razón? talk show), en el que la madre aseguraba que su hija está confundida por decir que era lesbiana y que le daba mal ejemplo a sus hermanos pequeños al vestirse de hombre y al llevar a sus amigas a la casa. La madre desconsolada fue enfrentada por la terapeuta que presenta el programa y con voz fuerte afirmaba confusamente:
“…a los niños hay que hablarles siempre con la verdad, porque ellos se encontraran con este tipo de prácticas en la calle… la homosexualidad es una realidad y usted no se puede negar a ello…” sin embargo, le dijo lo siguiente a la muchacha: “tú no puedes hacer este tipo de cosas delante de tus hermanos, porque ellos están pequeños…”.
Para ser sinceros, no entiendo si es que los niños deben ser privados de cualquier manifestación pública amorosa (heterosexual, homosexual y todas aquellas etiquetas sexuales que nos hemos inventado) o solo de aquellas que se dan entre sujetos del mismo sexo. ..

Dejen a los niños ser niños… decía un amigo en una discusión que se formuló en nuestro Facebook; sin embargo, cuando se trata de su protección, recordemos que ellos también son actores sociales y políticos, y que como todos los demás tienen derecho a elegir de que quieren ser protegidos, que quieren ver, que quieren sentir, que quieren experimentar… no son pequeños frascos en los que depositaremos nuestros temores, son actores que construyen y se construyen en nuestra sociedad.

Por último, solo nos queda agregar que dejemos de pensar la sexualidad como algo exclusivamente de los adultos, la realidad es de todos y para todos; y con esto no estamos invitando a que todos sean homosexuales, bisexuales o transgeneristas, lo que queremos es que todos seamos libres, y eso se gana en la capacidad autónoma de elegir.



POR: GIAN CARLOS JULIO DE LA ROSA

3 comentarios:

  1. No hace falta ser muy conocedor en el tema como para reflexionar en lo que hace realmente a un adulto: las diferentes experiencias, pero más que eso, las herramientas que nos dan para hacer frente a esas experiencias.

    Herramientas que muchos "conservadores" les niegan a sus hijos, como si estos fueran una especie de discapacitados de algún tipo. Hay que dotar a nuestros niños de herramientas basicas para el respeto, el respeto por las diferencias, el respeto a las elecciones de los otros, a sus propias elecciones; que positivas o no, malas o buenas como dirian algunos, son elecciones que nadie les puede quitar.

    Los niños no son brutos, ni sordos, ni ciegos, ni mudos.

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  2. cordial saludo. felicitaciones por su trabajo y animo. aunque existen topicos de este tema que son algo incomodos, hay que asumirlos con detenimiento y responsabilidad, esto se hace preguntandonos que conducta influye negativamente en un nino o en una persona no disidente sexual, que es irrespeto y que no lo es. particularmente pienso que terminan siendo negativas algunas conductas que tambien lo son si la realizan dos heterosexuales, pero besarse o tener manifestaciones de carino no tiene nada de traumatizante para un nino ni ofensivo para un adulto. lo grave de todo este tema es que hay personas abiertamente disidentes que nose besan en publico porque se han dejado vender la idea de que es algo inmoral. es muy dificil que las cosas sean como deben ser con respecto a este tema, pero las cosas se cambian desde adentro, empezando nosotros a aceptar que las actividades que realizamos como pareja, tanto en publico como en privado no son obscenas ni aberrantes son solo carino, amor, o simplemente libre decision de acto. un abrazo. ROCO

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  3. Muy buen texto, me encanto.

    Como ya mencionaron anteriormente, el hecho de que un niño vea lo que hagan los adultos con los que convive, no lo hace homosexual, pues, vemos que muchos o mejor dicho, la gran mayoria de personas homosexuales nacieron y se criaron en el seno de una familia heterosexual.

    Los niños, son actores sociales, que tienen la capacidad de elegir tanto de su moral como de su sexualidad, pero, dado a la idea de la reproduccion, entre otras cosas, de cierto modo, muy sutilmente, se ha obligado a reprimir, muchas veces, sus deseos, pensamientos y elecciones.

    Los niños como cualquier adulto, son capaces de elegir, lo que mas les gusta, de acuerdo a como se sienten, por que son ellos los que sienten. en este momento, es muy importate que tomen sus decisiones, porque se encuentran en procesos de desarrollo de su personalidad y de indentidad.

    No se les puede quitar el derecho de elegir.

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